125 ~ Abrigadas y salvas en el redil
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Abrigadas y salvas en el redil Las noventa y, nueve están Pero allá en el bosque perdida Va una pobre rendida de afán Por el monte escabroso y aterrador Muy Lejos vagando de-el Pas-tor, Muy lejos vagando del Pas-tor
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“¿Del rebaño no bastan, tierno Pastor, Las noventa y nueve aquí?” Mas responde el Pastor: “Una oveja Hoy descarriada va lejos de mi Y en La sierra escarpada ya voy a entrar Mi pobre oveja a rescatar, Mi pobre oveja a rescatar”
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No sabrá el mortal del río veloz Que el Pastor tuvo que cruzar Ni cuán negra la noche fue en que El Salió su oveja perdida a buscar Sus gemidos y quejas podía oír Enferma estaba y por morir, Enferma estaba y por morir
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“Estas huellas sangrientas, ¿quién las dejó? ¿No lo puedes decir, Señor?” “Cuando fue a buscar la que se extravió Las dejó vuestro amante Pastor” “Y tus manos, Señor, ¿quién las laceró?” “El áspero bosque las hirió, El áspero bosque las hirió”
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Una grande algazara luego se oyó, Por doquier retumbando fue A La célica puerta la voz llegó: “Alegraos, que mi oveja encontré” Y cantaban los ángeles en redor: “¡Lo suyo rescata el buen Pastor, Lo suyo rescata el buen Pastor!”